No hagas retroceder mi camino.
No permitas que me tropiece,
en los muchos abismos,
que la belleza contiene.
No permitas, que pierda mi senda,
ni que haga, para el rico, mis poemas.
No permitas, nunca, que mis prendas,
valgan más, que todos mis lemas.
No permitas, Señor mío,
que me pierda de tu camino.
Coge mi mano y guía,
la que, jamás, fue mi vida.
La que siempre ha sido tuya.
Pues en tus manos he estado,
desde siempre, no hay duda.
Perdoname por mis pecados.
Yo tengo toda la culpa,
de ir por caminos malos,
que a mi conciencia insultan.
No sueltes nunca mi mano.
Llevame a donde decidas,
pues a mi lado caminas,
y Tú mis pasos guías. 


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