Después de unas pocas cervezas
lo veo todo de otro color,
se relaja mi cabeza,
sin duda, me siento mejor.
Quizás lo pague con el tiempo.
Tal vez se resienta mi higado,
pero así vuelo como el viento
y puedo ser un poco mas pícaro.
Ya que no puedo usar lo prohibido,
elijo las drogas legales.
Aunque siempre diré lo que digo:
para mí son mas letales.
Cuando venga el doctor a decirme
que debo dejar la bebida,
en su cara he de reirme,
pues sólo querrá que malviva.
Y lo mismo ocurre con el café:
Tomo cientos a diario,
y mi medico aun tiene fe
en que me está curando los daños.
Mas yo pienso que las malas artes
son más beneficiosas para mi cerebro.
Y aunque a la gente le espante,
si legalizan, yo lo celebro.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta