Intento resistir todo lo posible,
pero mi mente está corrompida hace tiempo.
Mi cordura se la llevó el viento
y vaga por mundos insostenibles.
Tengo miedo a la verdad y a la mentira.
Tengo miedo a los ojos que me miran.
Tengo miedo a confiar en lo aparente.
Tengo miedo a los que no están ausentes.
No comprendo por que la vida es tan dura,
siempre disfruté de mis locuras,
más ahora queman como el fuego…
Temo que mi vida sólo sea un juego,
el capricho de un dios malhiriente.
Temo que alguien de repente
clave puñales en mi mente.
Nunca hice daño a ser alguno,
más en mi actual día a día
se estampan en mi rostro mil puños.
Más yo siempre quise hacer el bien.
Fue tal vez mi cobardía
la que hizo descarrilar mi tren,
buscando falsas alegrías.


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