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La vida me fue volviendo loco
tan poquito a poco
que casi ni me di cuenta.
En mi mente se abrieron puertas
que nunca debieron abrirse.
Pero lejos de rendirme,
mi corazón sigue palpitando
y cansado sigo caminando.
A veces me pueden las formas
y deseo romper todas las normas.
Pero todavía soy algo cabal
aunque de poco me sienta capaz.
Alguna vez se me ha ido la pinza
por alguna niña bonita
y me he encerrado en mi casa
al ver que era negra su alma.
Pero esta vez fue diferente.
Fue otro tipo de gente
la que me ha llevado a este extremo
de ir por la vida como un memo
por culpa de una medicación
que me está hundiendo en depresión,
y me hace vivir encerrado
como si estuviera encarcelado.
Sólo hay dos cosas en esta vida,
una es la música, otra la poesía;
qué me devuelven a veces las alas
y vuelo sin levantarme de cama,
previo porrito de hash o maría,
qué siempre ayuda a llevar los días
de una manera distinta.
Sé que se me nota en las pintas
que me gusta la mala vida;
mejor que una buena despedida.
Y aunque algún día tendrá que llegar
que no sea por ser bipolar,
que ya que aguanté hasta hoy
sería rendirme si me voy.
Y aunque siempre tendré esa tentación,
siempre sera mejor un buen colocón
que un mal psiquiatra,
pués también meten la pata
con sus estupidos tratamientos.
No exagero, ni tampoco miento.
El que no me crea que se medique
y que luego se dedique
a difundir lo que siente.
Yo voy a perder hasta los dientes
por culpa de tanta desidia
Y pensar que alguno me tiene envidia....
Que tristeza de personas.
Pero si dios os perdona,
¿Quién soy yo para juzgar?
Pero si os decide castigar
tampoco podré hacer nada.
Y aunque yo creo más en el karma
Todo se acaba pagando,
y todo frutoo recolectando.
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