Hazme un huequito en tu colchón
que tengo lastimado el corazón.
Déjame dormir a tu ladito
y al despertar nos damos un besito
con sabor a café con leche.
Ponemos aquella canción de "er peche"
y si quieres nos quitamos la ropa.
Y brindamos por nuestras derrotas
fundiendonos en un solo alma.
Mientras unos gitanitos tocan palmas
yo nado en tus curvas de guitarra...
La voz se me desgarra
cuando intento cantar tu nombre.
Pero todavía soy un hombre
y necesito sentir el placer
de ser amado por una mujer.
Y aunque no me conforme con cualquiera
sí que quiero que me quieran.
Pero pasar una noche contigo,
acurrucado en tu ombligo,
sería la mejor tentación
para este aprendiz de pecador.



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