Quiero que se entere el mundo:
Tan sólo el sabor de tus besos
eran capaces de parar los segundos.

Entre caricias y excesos
nos juramos amor eterno.
Un amor que fue consumiendo el tiempo.

Más con orgullo guardo tu recuerdo.
Aquí, para siempre, en mi pecho
Nunca borraré de él tu nombre.

Ya da igual si hay otros hombres.
Ninguno te dará lo que te dí yo
antes de que se secara mi corazón.

Más no fue nunca culpa tuya.
Tal vez fueron las drogas y el alcohol,
Y mis hirientes palabras que tanto insultan.

Pero ese para siempre se rompió.
Ya nunca seremos infinitos
más que en el recuerdo de nuestra piel.

Aun así, juro por todo mi amor,
y lo juro a voz en grito.
Que ojalá me vaya yo a los infiernos
y que a ti te aguarde siempre el bien.

Que a mi me lleven mil demonios.
Que tu subas a los cielos.
Que yo muera siempre a cada segundo.
Y que tu te devores sin temor el mundo.


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