No sé si tengo enemigos.
Pero sí demasiados testigos
de mis continuos quebrantos.
Esos que provocaron llantos
en los más bellos corazones,
cuando perdía todas las razones
y estallaba en un mar de explosiones.
A todos ellos digo lo siento,
aunque ya no vuelva el momento
de corregir esos errores.
Es lo que mas lamento…
Pues si volviera atrás en el tiempo,
pensaría las cosas mil veces
antes de elevar mi voz,
de llenar mi boca de heces
pareciendo un ser tan feroz.


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