Me llamo kiko lameiro.
He pasado media vida en Pontemierda,
y otra media en Monteporreiro.
La vida siempre ha sido muy cerda.
La gente de esta ciudad
está carente de valores.
Yo que soy disfuncional
pagué muchos de sus errores.
Tuve un padre alcohólico.
Un carácter melancólico.
Todos los desamores del mundo.
Y un pozo muy profundo
en el que me solía meter
pasando mis días a oscuras.
Dónde empecé a conocer
poco a poco la locura.
Aprendí a amar la soledad.
A ser compañero del pensamiento.
A encontrar restos de felicidad
en un océano de tormentos.
Hoy me siento lleno con nada:
escribir de vez en cuando un poema,
vocear una canción desentonada,
y con pensarme entre tus piernas
mientras me fumo otra calada
de esta bendita hierba.


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