Cuándo me vaya por siempre
no os doy permiso a llorar.
Las amistades ausentes
no dejaron de lastimar
mi ya corrompida mente
por causas de soledad.
Culpadme de ser bipolar.
Pero culparos siempre
de lo que intento anunciar:
Las causas de mi muerte
no serán mi enfermedad.
Es la gente decente
la que causa mi mal,
la que trata diferente
algo tan normal
como odiar nuestro presente
y pretenderlo cambiar.
Recordarlo siempre:
Todo se pudo evitar.


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