Que difícil es hacerse mayor,
ver que tu familia depende de ti
y que sólo tienes en tu haber
Un lápiz y un papel,
y mucha necesidad de escribir.
Tengo también una pensión
que no sé si es maldición,
pues tomo una medicación
que roba toda mi imaginación
y hasta las ganas de vivir.
Pero no me voy a rendir,
a la calle voy a salir
a mostrar al mundo mis poemas,
así no me cortaré las venas
por sentir que nadie escuchó mis penas.

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