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Mi mente es mi propia jaula.
Los barrotes: los traumas.
Mi padre nos maltrataba
y mi madre mucho lloraba.
La iglesia nos enseñaba
lo que era pecado y se castigaba,
y la mente de un niño inocente
se creé todo lo que dice la gente.
A la escuela fui a aprender
que tenía que obedecer.
Me sentí siempre vigilado
y por mis movimientos juzgado
por vivir en una ciudad
en la que no hay privacidad
y cualquier cosa que hacía
se la contaban a mi tía.
De niño era todo complejos
y odiaba verme a los espejos.
Ahora vivo un show de Thruman
y soy de los que más fuman.
Encerrado en mi cuarto.
De casi todo harto.
Diagnosticado de bipolaridad
pero con ganas de volar.
Todavía con la esperanza
de que rompan por mí una lanza,
y encontrar más comprensión
y menos medicación,
pues tras lo poco que he contado
soy yo quién vive medicado.
Y no es esquizofrenia colectiva
creer en una entidad divina
que está en todas partes
y que un día va a juzgarte?
A mí, al menos, hoy día
me avalan todas las teorías
de que con la tecnología
pueden controlar tu vida
y de que te tienen vigilado,
así que no estoy trastornado,
y lo peor que me ha pasado,
es tener que vivir medicado.
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