Lucho

Ayer salí a la calle a vender
mis poemas otra vez.
Algunos no me miran bien,
pero pude sentir placer.
Y eso que no gané mucho.
Pero siento que otra vez lucho
por cumplir uno de mis sueños,
qué es ser mi propio dueño
y hacer lo que me agrada
sin pensar que no hago nada
A veces  me da vergüenza
cuándo veo a un conocido,
pues no sé lo que piensa
acerca de mi cometido.
Ni soy yonki, ni mendigo,
y como caliente a diario,
pero mucho necesito
sentir que sirvo de algo,
y ver que a veces la gente
sabe apreciar mi trabajo.
Lo necesita mi mente
aunque empiece desde abajo.
No quiero trucos, ni atajos;
sólo saberme autosuficiente,
y poder mandar al carajo
los traumas de mi mente.


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