Nunca dejes de luchar por tus derechos,
pero sobre todo por tu libertad.
Que no te cause complejo
si llegas a vivir de la mendicidad.
Hay muchos con demasisdos privilegios
y con muy excasa bondad.
Deberían mirarse en algún espejo
antes de prejuzgar.
Yo casi rozo ese límite
vendiendo poemas por la calle.
Habría hecho hasta de títere,
pero no sé hacer malabares.
Sí, recibí alguna limosna,
y me frustró el alma pensar
quee existían personas
que, tal vez, lo necesitaban más.
Por suerte o por desgracia,
tengo diagnósticada una enfermedad
a  la que debo dar gracias
por darme una incapacidad
y así, cobrar una pensión
con la que vivir día a día,
aunque, desearía una profesión
con verdaderas garantías.
Tal vez, lo que piense la Ayuso
séa qué pedir, pido mucho,
pero quisiera verla 10 horas currando,
o por las calles mendigando,
o viviendo de cuatrocientos pavos
en la interminable cola del paro.
Pero nosotros somos los caraduras,
los que llevamos la vida más dura
y tenemos mayores necesidades
o, tal vez. diferentes cualidades.
Basta de jugar con el pueblo
y con los más indefensos
o, un día, rodarán las cabezas
de quién nos envió a la pobreza.


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