Desaparece

Mi mente ensombrece mi alma,

entre pesadillas y oscuros despertares

se me ha ido ya mi calma,

ya no estoy a gusto ni en los bares,

ni siquiera el néctar de tu sangre,

ni siquiera las sales de tu cuerpo

pueden ya saciar mi hambre,

siento en mí que algo ha muerto

y surge un joven esqueleto

donde solo se veía carne.

La abstinencia de tus besos

ha derrotado a mi corazón

y solo entre los excesos

consigo encontrar esa razón

sucedánea de estar vivo.

Como una reja para un preso,

como un ataúd para los huesos,

tú has sido mi castigo.

Te sugieres imperecedera

como el dolor perenne

que a cada instante desespera

mi ya muy castigada mente.

Desaparece ya por siempre

no dejes de ti ni una pieza

sino, hasta que mi alma reviente,

no podré sentar la cabeza.


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