Tu cuello

Morder tu cuello y no el de otras mujeres,

es para mí, el mayor de los placeres.

Beber tu sangre todavía caliente.

Notando, como se enfría lentamente.

Sentir como poco a poco duermes

el sueño eterno en mis brazos.

Y aunque sabes que por mi culpa mueres,

Sabes que no hay nada mejor que este abrazo.

Despertarás nuevamente al anochecer,

y la sed será tu única hambre,

Beberás siempre de mi sangre

y eternamente serás mi mujer.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta