Ansiedad

Me está llamando a gritos la felicidad,
y yo aquí encerrado con mi ansiedad.
Siempre pensé que amaba la soledad
pero lo que necesito es tu amistad,
tu comprensión, tu cariño;
pues a veces por mi sufrimiento
me siento indefenso como un niño
que no sabe a quién contar su tormento.
Me meto entre las sabanas de mi cama
y me encojo como un ovillo de lana.
Alli me siento alejado del dolor
y consigo tener sueños multicolor,
pero al despertar vuelve la pesadilla:
Entre alcohol, drogas y pastillas
intento que no se me note el sufrimiento
pero si digo que estoy bien, te miento.
Lo cierto es que me siento solo
desde hace demasiados años.
Tantos que me volví loco
y casi nadie comprende el daño.
Eso hace que me sienta aún peor
y todo se convierte en una espiral,
me encierro otra vez en mi habitación
para no acabar en el hospital.



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