Huraño

Por dentro, me siento extraño.
Vuelvo a ser ese huraño
presa de sus sentimientos,
esclavo de los remordimientos
qué, tal vez, ni tan siquiera son míos,
tal vez, son capricho del destino,
o pura imaginación de mi sino.
No comprendo, ni la realidad,
ni la ficción, ni la casualidad.
Loco, como el pobre hombre,
que ya, ni recuerda su nombre.
Mil demonios dentro de mi hades.
Mil querubines en mi cielo inconstante.
Si muriera mañana…
Y no es por falta de ganas…
Pero aún habita en mi una fuerza,
que lucha con incesante certeza,
y hace mover mis pies…
aunque se muevan, siempre, al revés.
La fuerza de la que hablo es el amor,
la pasión, los sueños, tu calor.
Sólo así me mantengo vivo,
imaginando que vuelo contigo,
que abro los ojos y consigo,
robar tu noble corazón.
Quizás piensen que son capricho,
mis ansias por perder la razón.
Pero repito lo ya dicho:
A mi, lo que me mueve es, tan sólo, el amor.


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