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Mía
A mis quince años con treinta y tres
sentí por primera vez
en mi cuerpo el calor de tus manos.
A tus solo quince y pico
te volviste mi capricho
y me hiciste ser mayor
siendo aún tan solo un niño.
A nuestros quince y ya lejanos
dejamos de ser dos extraños
de este mundo
y nos volvimos solo uno
en un paraíso terrenal,
en tu carne celestial…
En un mar de muchas dudas
conseguimos tranquilidad
a base de nervios.
Tú,
calmaste mi apatía,
curaste mi alma,
fuiste mía….
Solo mía…
No de otro….
Mía…
Me da igual todo el silencio
que ronde nuestras vidas,
que exija nuestro destino,
fuiste mía
y no de otro,
aunque otro así lo desease,
El silencio….
no importa el silencio,
Te quiero a gritos,
te deseo a gritos,
te necesito a gritos.
Y las lágrimas?
Donde quedaron las perlas cristalinas
que fueron durante tanto tiempo mi vida?
Donde los diamantes salinos
que nunca pude regalar,
que nunca quise vender?
Y mi sangre?
Donde estaba antes de encontrarte?
Hoy la siento…
Viva…
Caliente…
Roja…
Apasionada…
Tuya.
Tuya igual que tu eres mía
sin pretender ser tu dueño.
Eres mía siendo tu esclavo
Eres mía. Lo serás siempre..
Mi musa…
Mi vida…
Mi diosa…
Mía.
La más hermosa y celeste estrella,
esa que lleva tu nombre es mía.
Solo puedo pagarlo,
intentar recompensarlo
diciendo que yo soy tuyo,
que deseo ser tuyo siempre,
que aunque deje de serlo
seguiré siendo tuyo,
que si otro un día te lleva
te seguiré queriendo a gritos,
te seguiré deseando a gritos,
y te seguiré necesitando a gritos,
….
por
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