No temo a la muerte.

No temo a la muerte…

tan sólo temo la perdida de mi suerte.

Más  al lado de tu existencia,

puedo ver con gran vehemencia

los placeres de estar vivo.

Y temo, como por descuido,

el morir sin pretenderlo;

el reír, si no es contigo;

y temo de tu amor, el perderlo.


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