Tic tac…

Columnas de humo inundan mi cerebro,
como nubes que galopan sobre el viento.
La espesa niebla nubla mi mirada,
descomponiendo en pequeños fragmentos,
una seudo realidad amarga,
qué nubla mis mejores sueños.
El tic tac del reloj no cesa…
Y en lo más profundo de mi cabeza,
se desentierran viejas tormentas,
escondidas hace tiempo.
La vetusta espina de mi alma,
quiere salir de sus adentros…
Sin embargo, lucha a contraviento,
por hayar un dulce mar en calma
La locura se agolpa.
El miedo desborda.
El futuro es incierto…
Y sí hubiera llegado la hora?
Si es así, que llegue ya el momento.
Pues, antes de una nueva tornenta,
prefiero alcanzar paz eterna,
o ahogarme en un mar de cerveza.
Para en sus últimas gotas,
dejar olvidada mi cabeza.


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