Tal vez piensas que mi vida es fácil
porque estoy cobrando una pensión
prero preferiría sentirme ágil
cómo antes de tomar medicación
y volver a salir a la calle cada día
a vender libritos con mis poesías.
Por lo menos, ahora, tengo tiempo
para describir mis tormentos
y seguir escribiendo poemas
para desahogar todas mis penas.
Sé que no soy un gran poeta
pero al menos le pongo ganas.
Sigo llenando libretas.
Son mis mejores psiquiatras.
Pero necesito que veas
que no soy un caradura.
Qué me gusta que me lean
pero no soporto la censura
y como tengo que vivir callando
por un diagnóstico maldito,
a veves, acabo rimando
todo lo que no grito.


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