MANIFIESTO POR LA DIGNIDAD DEL PACIENTE CANNÁBICO

MANIFIESTO POR LA DIGNIDAD DEL PACIENTE CANNÁBICO
El Estado me quiere sedado, no sano. Me quiere callado, no libre.
Me llamo Eloy Álvarez Lameiro. (Kiko Lameiro)
Soy paciente crónico, tengo una discapacidad reconocida, y cobro una pensión por incapacidad permanente absoluta.
Fumo cannabis porque me ayuda. Porque me devuelve la vida.
Me ha hecho más por mi bienestar que años de pastillas recetadas por médicos que apenas me escuchaban.
¿Y cuál es la respuesta del sistema?
• Me impone medicamentos que anulan, enganchan y destruyen.
• Me amenaza con quitarme la pensión si decido dejar esa medicación y elegir el cannabis.
• Persigue a quienes cultivan una planta en su propia casa, para su propio uso, sin molestar a nadie.
• Y llama “delito contra la salud pública” a una planta que sana, pero luego envía a personas al frente de guerras absurdas que benefician a los de siempre.
El cannabis no es el problema.
El problema es un sistema que me quiere dependiente, sumiso y medicado.
Los psicofármacos que me recetaron me apagaron durante años. Me dejaron en pausa. Sin voluntad.
Con el cannabis he vuelto a escribir, a crear, a pensar, a conectar.
Y eso… eso les molesta.
¿Por qué no puedo elegir mi medicina?
¿Por qué solo me financian los fármacos que pactan con las farmacéuticas?
¿Por qué si cultivo una planta en casa me arriesgo a una multa o a un proceso penal?
¿Y por qué tengo que comprar en la calle, o en la deep web, arriesgándome, solo por querer estar bien?
Si legalizaran el autocultivo:
• Cientos de miles de personas mejoraríamos nuestra salud.
• Se dejarían de vender toneladas de psicofármacos innecesarios.
• Quebrarían muchas farmacéuticas que viven del sufrimiento cronificado.
• Se crearían empleos, impuestos verdes, asociaciones de ayuda, y un mercado justo.
• Y millones de plantas mejorarían el aire, el suelo, y hasta el alma de este país.
Por eso alzo la voz:
Por mi derecho a cultivar.
Por mi derecho a elegir cómo cuido mi salud.
Por mi derecho a no ser criminalizado por usar una planta.
Por mi derecho a no ser una ficha más en el tablero del negocio farmacéutico.
Por todas las personas que callan por miedo.
Por una salud pública que sea humana, no mecánica.
No soy un criminal.
No soy un drogadicto.
Soy un paciente que ha elegido una planta.
Firma:
Eloy Álvarez Lameiro (Kiko Lameiro)
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